Alerta sobre acontecimientos que tiñen la convivencia democrática
Poder Ciudadano alerta sobre una serie de acontecimientos que tiñen la convivencia democrática y violan las reglas de juego electorales. Los acontecimientos recientemente sucedidos en la provincia de Tucumán son el último eslabón de una serie de hechos repudiables ocurridos durante el actual proceso electoral.
La violencia política plasmada en el asesinato de Jorge Ariel Velásquez es un punto de inflexión en la ya turbulenta convivencia electoral presente durante los últimos tiempos en Argentina. Observar que en la provincia de Tucumán se reparten bolsones de comida el día de la elección, se incendian urnas, se ataca a un gendarme en un lugar de votación y se reprime a ciudadanos que marchan en forma pacífica -por cualquier razón que sea-, indica que se están quebrando las reglas de juego de la democracia.
Los diferentes procesos electorales que se están llevando adelante en el país nos alertan sobre la necesidad de hacer profundas reformas que garanticen que la voluntad del elector se vea reflejada en los resultados electorales y que esa voluntad surja de la plena conciencia del votante. Entendemos que un cambio del sistema electoral en medio del proceso en desarrollo resulta imposible, pero exigimos a las autoridades políticas y electorales garantizar el normal desarrollo de los comicios y responder a la brevedad, en forma objetiva e imparcial, a las denuncias aparecidas en cada uno de los casos. Garantizar el voto secreto, proveer de boletas suficientes, capacitar a las autoridades de mesa, investigar la compra de votos, y dar las garantías suficientes a los partidos políticos y ciudadanos sobre los resultados de las elecciones.
Además de los hechos observados en Tucumán y Jujuy, en la Provincia de Buenos Aires el sistema de boletas múltiples favoreció el robo de las mismas, generando dificultades a los votantes. Al mismo tiempo, observar un sinfín de sospechosas actas de votación alerta sobre dos posibles situaciones: una ineficiente capacitación de las autoridades de mesa o maniobras fraudulentas en busca de cambiar el sentido del voto del elector.
No es relevante si se quemaron una o mil urnas, o si uno o mil telegramas tienen irregularidades, se trata de desterrar este tipo de prácticas favorecidas por el actual sistema electoral y las decisiones políticas explícitas que hacen que se perpetúe tal como está y se pueda seguir haciendo uso discrecional de sus vulnerabilidades.
Oficialismo y oposición deben entender que en Argentina no hay lugar para la violencia política y para prácticas irregulares en materia electoral. Los ciudadanos no son mercancía dispuesta a los intereses políticos sino quienes efectivamente deben ser representados por ocasionales funcionarios. Nuestra institución seguirá reclamando y actuando en consecuencia con los principios que rigen a nuestra democracia. Confiamos en que las autoridades darán respuesta urgente a estos actos que creíamos desterrados de nuestro país.