El 23 de septiembre se lanzó a nivel mundial el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2008 en el que Argentina obtuvo una calificación de 2.9 sobre una escala que va de 1 a 10. De esta manera se ubicó en el puesto 109 del ranking sobre un total de 180 países analizados y ocupa el puesto 24 a nivel Regional (sobre 32 países).
Este
índice califica a los países según el grado de corrupción percibido por distintos especialistas acerca del desempeño de funcionarios públicos y políticos (ya que su principal foco está puesto sobre la corrupción en el sector público).
En términos comparativos, el puesto que ocupa Argentina la ubica por detrás de otros países de la región como Chile (6.9), Uruguay (6.9), Colombia (3.8), Perú (3.6), México (3.6) y Brasil (3.5). Por otro lado, lideran el ranking Dinamarca (9,3 puntos), Suecia (9,3), Nueva Zelandia (9,3), Singapur (9,2) y Finlandia (9,0).
Para Delia Ferreiro Rubio, presidenta de Poder Ciudadano, el aplazo no es sorprendente: «Seguimos sin ley de acceso a la información, con falta de transparencia en las contrataciones públicas, con discrecionalidad de recursos públicos y un oscuro financiamiento de las campañas políticas», argumenta. Algunas de estas ausencias se detallan en el informe que elaboró la ONG y que se presentó junto con los resultados del índice.
EL IPC es un índice compuesto. Las encuestas utilizadas para su composición incorporan preguntas relacionadas con el abuso del poder público para el beneficio particular, el soborno a funcionarios, pagos irregulares en las contrataciones públicas, malversación de fondos, y corrupción administrativa y política. En base a las respuestas, se clasifica a los países del 0 al 10, donde 0 corresponde a los más corruptos y 10 a los más transparentes.