En el marco de la reunión internacional de los países del G20 que se llevará a cabo esta semana, bajo el lema «Unmask The Corrupt» (“Destapa a los Corruptos”), las organizaciones del mundo que integramos la red de Transparency International nos unimos a otras organizaciones de diferentes países para transmitirles un mensaje a los líderes del G20. La «Carta Abierta a los líderes del G20» a la cual adherimos contempla los pedidos específicos de esta campaña mundial para «destapar la corrupción».
Carta abierta a los líderes del G20
Cuando un sistema financiero global permite que miles de millones de dólares correspondientes a fondos robados o de origen corrupto circulen en el mundo sin ningún tipo de control, es señal de que algo está mal. Cuando el secreto financiero contribuye a que se despoje a África de US$ 50.000 millones cada año, algo no está bien. Cuando los sectores pobres de todo el mundo ven que la riqueza de sus países se escapa fuera de sus fronteras, se debe hacer algo al respecto.
Este es el mensaje que queremos transmitirles a ustedes, los líderes del G20: cuando en noviembre analicen la situación del sistema financiero mundial, deben abordar las falencias que todavía permiten que los corruptos actúen con impunidad y desvíen fondos ilegítimos. En su intento por alcanzar la meta de crecimiento colectivo del PBI un 2% superior al tendencial, deben recordar que el crecimiento debe ser inclusivo y sostenible, y garantizar que nadie quede excluido. En la Cumbre de Brisbane, las decisiones que adopten deben tener en cuenta a las personas como su eje central.
Mientras haya lugares en el sistema financiero global donde los flujos de fondos ilícitos encuentren un destino seguro y haya personas que ayuden a ocultar estos fondos, habrá en todo el mundo muchos millones más de personas que padezcan las consecuencias. Ustedes, los líderes de las principales economías mundiales, deben asegurar que el sistema financiero global esté al servicio de sus ciudadanos.
Al menos un billón de dólares se fuga de países en desarrollo cada año. Los responsables de este “escándalo billonario” casi nunca son identificados, ni mucho menos obligados a rendir cuentas. La ONU estima que el volumen de fondos ilícitos detectados a nivel mundial por las autoridades es de apenas el 1 por ciento. No obstante, hay maneras de obstaculizar la posibilidad de que quienes delinquen oculten el producto del delito. Ustedes ya se han ocupado de parte del trabajo.
El G20 ha declarado que una de las prioridades es asegurar mayor claridad con respecto a la titularidad de sociedades. Actualmente, las entidades anónimas, las jurisdicciones que resguardan el secreto financiero y las estructuras poco transparentes de titularidad societaria son los principales métodos utilizados por quienes incurren en corrupción o evasión fiscal para desviar sus fondos y esconder su identidad. Los gobiernos del G20 deben recolectar y publicar la identidad de las personas físicas, las personas individuales que tienen la propiedad y el control de sociedades y otras entidades, a fin de que sea más sencillo dar con el origen de fondos corruptos o ilícitos. En su rol de líderes del G20, deberían dar un paso firme para desenmascarar a los corruptos, asegurando un compromiso en este sentido durante el evento en Brisbane.
El G20 ha llegado a un consenso con respecto a que las ganancias deberían ser gravadas “allí donde se llevan a cabo las actividades económicas y se genera valor”, para asegurar que los países, en especial aquellos en desarrollo, no se vean privados de la riqueza de sus recursos y el arduo trabajo de su población. Es crucial que empresas multinacionales sean más transparentes con respecto a sus actividades. Deberían difundir información sobre ingresos, ganancias, cantidad de personal, responsabilidad fiscal e impuestos pagados en cada país en particular. Estos datos deben ser públicos, para que los ciudadanos perciban el impacto que las empresas tienen en sus comunidades y para que sea más sencillo verificar de qué modo se obtiene este dinero y en qué áreas se está perdiendo.
La opacidad del sistema financiero global sirve como cortina de humo para ocultar el delito y la corrupción. El G20 tiene la oportunidad de transparentar la situación y así posibilitar que este ocultamiento sea más difícil. No debemos olvidar que las víctimas más directas de la delincuencia organizada, la corrupción y la evasión o elusión fiscal son justamente los ciudadanos más pobres del mundo. La semana próxima, en Brisbane, deben asegurarse que las decisiones que adopten pongan en el centro a las personas.
Cordialmente,
- Raymond W. Baker, President, Global Financial Integrity
- Winnie Byanyima, Executive Director, Oxfam International
- John Christensen, Director, Tax Justice Network
- Rev. Tim Costello, CEO, World Vision Australia and Chair of the Civil 20 (C20)
- Jamie Drummond, Co-Founder, The ONE Campaign
- Joel Edwards, International Director, Micah Challenge
- Professor the Hon Gareth Evans AC QC, Chancellor, Australian National University
- Matthew Frost, Chief Executive, Tearfund
- John Githongo, CEO Inuka Kenya Nisisi Ltd, former Permanent Secretary, Governance and Ethics,
Office of the President of Kenya
- Robert Glasser, Secretary General, CARE International
- Richard Goldstone, Retired Justice of the Constitutional Court of South Africa
- Manzoor Hasan, Chair, UN Convention against Corruption (UNCAC) Coalition
- Gavin Hayman, Executive Director, Global Witness
- Tawakkol Karman, 2011 Nobel Peace Prize Laureate & Founder, Women Journalists Without Chains
- Daniel Kaufmann, President, Natural Resource Governance Institute (NRGI)
- Caroline Kende-Robb, Executive Director, Africa Progress Panel
- Akaash Maharaj, Executive Director, Global Organization of Parliamentarians Against Corruption
- Loretta Minghella, Chief Executive, Christian Aid
- Alvin Mosioma, Chair, Financial Transparency Coalition
- Archbishop Njongo Ndungane, President and Founder, African Monitor
- Salil Shetty, Secretary General, Amnesty International
- Oriana Suárez, Latin American Network on Debt, Development and Rights
- Cobus de Swardt, Managing Director, Transparency International
- Archbishop Desmond Tutu, 1984 Nobel Peace Prize Laureate and former Archbishop of Cape Town
- Jasmine Whitbread, CEO, Save the Children
Para mayor información: http://poderciudadano.org/wp-content/uploads/2014/11/2014_UnmaskTheCorrupt_Report_DenyingSafeHaven_ES.pdf