Buenos Aires, 11 de Abril de 2018.- Si había una discusión largamente postergada en la Argentina democrática esa era, sin dudas, la referida a la despenalización del aborto. Este histórico reclamo, que encuentra hoy espacio de deliberación pública en el marco institucional, ha promovido una polifonía de expresiones que son la esencia misma de la democracia.
Poder Ciudadano celebra, ante todo, que en nuestro país pueda realizarse un debate maduro, respetuoso e intenso sobre un tema que afecta cada año a una inmensa cantidad de mujeres, constituyéndose en la primera causa de morbimortalidad materna a nivel nacional.
Para que un debate democrático sobre derechos fundamentales y política pública sea posible, entendemos que es imperioso que nuestros representantes deliberen dejando de lado sus opiniones personales -que pertenecen legítimamente al ámbito privado- para concentrarse sobre aquello que está realmente en discusión: el reconocimiento de los derechos de todas las mujeres a tomar decisiones autónomas sobre sus cuerpos, en igualdad de condiciones de seguridad, gratuidad y sin ser penadas por la ley. Es decir, ampliar derechos, equiparar condiciones y acceso a recursos, sin restringir ni condicionar la libertad de decisión de nadie.
Entrado el siglo XXI, el reconocimiento de la autonomía de las mujeres para decidir sobre sí mismas, debe ser considerado en situaciones más amplias y diversas que las que contempla el marco legal vigente. El aborto es una práctica existente, más allá de las amenazas legales y de las consideraciones personales. Es un hecho indiscutible que su penalización no ha contribuido a evitarlo, sino que ha empeorado la manifiesta desigualdad entre diferentes grupos de mujeres, afectando especialmente a aquellas que se encuentran en diversas situaciones de vulnerabilidad.
Desde Poder Ciudadano, creemos que todo ejercicio democrático debe ser promovido y protegido. Es por eso que entendemos que, cambiar la ley en base a un debate público y fundado es, a la vez que un reconocimiento de la realidad, la introducción de un principio de justicia. Y más derechos, más igualdad y más justicia son los pilares de la democracia de calidad que queremos.